Antonio Rodríguez de León
(*)
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En Canarias se supone que poseemos grandes profesionales del periodismo,
aquí dejo reflejado un trabajo de corrupción, expropiación y robo en el
sector pesquero canario, y del que solo puedo aportar un conocimiento
del 10%. El resto, que lo busquen quienes han estudiado para ello
En junio de 2005, describí en un artículo de opinión, quienes crearon
PROEXCA, cuales eran sus objetivos, y quien era el elegido para la
dirección de la empresa pública. Nadie se hizo eco, era más fácil matar
al mensajero cuando no se dispone de profesionales de investigación.
Pero nunca es tarde, aún se puede investigar, y comprobar como
empresarios españoles pueden infiltrarse dentro del gobierno autónomo, y
conseguir que los fondos públicos de la comunidad canaria, se destinen a
los gastos de logísticas de sus empresas fuera del territorio de la
comunidad canaria. Una vez ordeñada la vaca, se mandan a mudar, como así
ha hecho ANACEF.
Así pasó con la flota de pesca “canaria”
industrial”, que como consecuencia del abandono de los caladeros
tradicionales canarios en la costa del Sahara-Mauritania, a partir de
ahí, solo se beneficiarían las empresas españolas con domicilio fiscal
en Canarias. Desde Noviembre de 1975 a abril de 1976, entre 300 y 400
barcos congeladores industriales procedentes de varios puntos de España,
llegaron al Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, fijando aquí su
domicilio fiscal.
Unos de los principales objetivos de las nuevas empresas españolas, era
que en las negociaciones pesqueras previstas entre España y Marruecos
cada cuatro años, se aplicara a nivel de flota del Estado en todos los
Convenios de Pesca, y no exclusivamente a la flota canaria. El
empresario gallego “amigo canario de UCD” había creado en 1977, la
Asociación Nacional de Cefalópodos (ANACEF), que sustituiría a la
Agrupación Pesquera Canaria (AGRUPESCA), (creada a principios de los
años 40), como representantes del sector pesquero de canario.
Desde el 1er. Convenio de Pesca entre España y Marruecos, después de la
entrega del Sahara, era obligatorio la creación de empresas mixtas. La
parte española con una participación del 49%, y el 51% para la empresa
marroquí. Las empresas marroquíes actuaban como testaferros, no ponían
dinero, la paradoja era que engañaron a las empresas españolas-canarias.
Los testaferros marroquíes se quedaron con los barcos de empresas
españolas-canarias, dejando grandes deudas impagadas a empresas
portuarias de Las Palmas, que nunca se han cobrado.
Igual pasó con las conserveras, que cerraron en Canarias y abrieron en
Marruecos con empresas mixtas, y una vez allí instalados, los
testaferros se quedaron con las factorías españolas radicadas en
Canarias. El mayor perjudicado fue la empresa conservera Rocar, quien
tuvo que salir de Marruecos dejando todas las instalaciones creadas en
Agadír, a favor de la empresa mixta marroquí.
Cuando España transfirió las competencias pesqueras a la Unión Europea,
en 1986, las empresas españolas llegadas a las sombra de la
descolonización del Sahara, ya tenían aprobadas ayudas y subvenciones,
cantidades superiores a los 3.000 millones de euros, mientras, las
empresas españolas-canarias llegadas en la guerra civil, tanto la flota
pesquera como las factorías, estaban en proceso de quiebra, como
consecuencia del engaño de las empresas mixtas hipano-marroquí.
Dentro del control de Anacef, estaba una empresa con información
previligiada desde Madrid, que se haría con el 90% del sector pesquero
canario, no en números de barcos, sino en el Registro de Tonelajes. Hay
que añadir que las ayudas y subvenciones no llegan por el número de
barcos, sino por la cantidad de tonelaje del buque. Esa empresa con
domicilio fiscal en Vigo, cuando llegó a Canarias en 1966, solo disponía
dos barcos de conservación pesquera en hielo (no congelador), cuyo
valor según escrituras públicas en 1974, eran de 4 millones de pesetas,
con dicho capital se constituyó en una nueva empresa con domicilio
fiscal en Las Palmas, el resto se hizo con información previligiada de
dos amigos canarios de UCD, uno con alto cargo en Madrid, y otro como
presidente del Gobierno de Canarias.
Este armador gallego “amigo dos canarios” fue quien acaparó el 90% de
todas las ayudas y subvenciones a la renovación de la flota pesquera con
base en Canarias, a través de una treta de opción de compra, mientras
tramitaba las millonarias ayudas que le llegaron en 1982. Otra historia
es como se fraguó en tiempos de crisis “polisaria”, la opción de compra
del 90% de la flota canaria.
En las negociaciones del Tratado de Pesca de 1995, entre la U.E. y
Marruecos, las aspiraciones de ANACEF, vio cumplido sus objetivos, y
tras engañar a la Confederación de Empresarios Canarios, con el tema del
tomate, se los llevó al huerto con una cláusula ¿secreta?. ANACEF
aceptó como el último Tratado de Pesca, que se firmaría, y que por la
parte marroquí se comprometía a liberar todas las trabas financieras en
entidades bancarias, y la libertad de descargas tanto en puertos
marroquíes, como los transbordos en alta mar. La manifestación por la
defensa del tomate, celebrada en la Plaza de la Feria, fue un engaño de
la patronal pesquera gallega a la patronal hortofrutícola canaria. Esa
trama fue denunciada públicamente en su día, (octubre-95) por el
sindicato nacionalista Intersindical Canaria.
Y ahora viene el tema de PROEXCA. La empresa nacional española ANACEF,
con el objetivo de controlar los Convenios de Pesca entre la Unión
Europea y los Estados de la costa Oeste de África, planificó crear la
logística de oficinas en los puertos pesqueros donde tenían base, para
el control de licencias y comercialización como producto canario, así se
beneficiaba por un lado del Régimen Fiscal Canario, además de la
bonificación que obtenía de Japón, por la exportación del cefalópodos.
Esas oficinas en el litoral del Oeste de África, han estado al servicio
exclusivo de empresas pesqueras de Anacef, sus empleados y todos sus
gastos, son pagados por el gobierno de Canarias.
PROEXCA se creó a mediados de 1980, a iniciativa de la patronal pesquera
ANACEF, cuyo primer presidente era nada mas ni nada menos, al que han
colocado como representante del Gobierno de Canarias para la
delimitación de la mediana entre Canarias y Marruecos.
En Canarias se supone que poseemos grandes profesionales del periodismo,
aquí dejo reflejado un trabajo de corrupción, expropiación y robo en el
sector pesquero canario, y del que solo puedo aportar un conocimiento
del 10%. El resto, que lo busquen quienes han estudiado para ello. Yo
solo soy un simple trabajador del mar, interesado por el tema pesquero,
del que gracias a nuestros bisabuelos y abuelos 0que comercializaban en
barcos veleros a lo largo de la costa Noroeste de África. España
consiguió el protectorado del Sahara en 1886. En aquel entonces, los
españoles desplazaron a los canarios del comercio con el Sahara,
Mauritania y Senegal, éstos eran territorios coloniales históricos desde
épocas remotas para los pescadores canarios.
(*) Presidente de la Plataforma por el Mar Canario
COMO NOS ROBARON LOS BARCOS
PESQUEROS (I)
El robo de barcos pesqueros con base en Canarias, fue fraguada con la primera Ley de Pesca, elaborada a finales de los años 70 del pasado siglo:
Ya en las postrimerías de la venta del Sahara (a mediados de 1974), comenzaban los primeros borradores para que Canarias perdieran los históricos derechos sobre las pesquerías del banco pesquero canario-sahariano de los barcos con base en puertos canarios, sobre el resto de pesqueros cuyo puerto base radicaban en la península ibérica.
Las pesquerías de los canarios en litoral continental tiene varias partes a los largo de su historia. Antes y después del siglo XX.
Antes del siglo XX, fueron los años gloriosos del sector pesquero canario. A partir de 1915 comenzó el declive y desaparición de barcos canarios, motivado por los acontecimientos políticos internos de España y de las dos guerras mundiales. La primera fase fue la hambruna que sufrió Canarias lo que obligó a miles de canarios emigrar en barcos pesqueros que los llevaran a América o trasladarse con su familia a la mauritana francesa, concretamente en el barrio “la charca” dentro del puerto de Nouadhibou, en la otra orilla, a menos de 2 kilómetros se encontraba el puerto de la Güaira, entonces bajo soberanía española. La charca fue el lugar de trabajos en comercios que surtían a los pescadores canarios que elaboraban la pesca en Pontonas fondeadas frente a la charca. En total se calcula que en 1900, ya vivían mas de mil familias, unos en las Pontonas, otros, en los diferentes comercios del “barrio de los canarios”.
La segunda fase, fue por motivos políticos huyendo por las represalias en Canarias, producidas por la guerra civil en tierras peninsulares. Al finalizar la guerra civil, comienza el desmantelamiento de la flota canaria. Los industriales pesqueros españoles que apoyaron el golpe de Franco, recibían la compensación de robarle los derechos históricos de los armadores canarios. Aquí trasladaron sus factorías de elaboración pesquera; salazones, subproductos y enlatados. Llegaron con sus barcos de pesca del sistema de arrastre con el salvoconducto del gobierno franquista, con los mismos derechos históricos que ostentaban los armadores canarios, robándoles la exclusividad del puerto base.
El sistema de pesca de los canarios, (cordeles, liñas y nasas), era un negocio improductivo, comparado con el sistema de pesca que traían los armadores españoles. Un solo barco de arrastre, descargaba lo mismo que 30 barcos canarios. Los armadores canarios, solo pescaban selectivamente las especies de mayor tamaño y de calidad. Los armadores españoles aprovechaban todas las capturas, las que no servían, eran destinadas al subproducto de harina para animales.
La tercera fase, duró hasta que el Sahara dejó de ser provincia española. En las postrimerías del nefasto acuerdo tripartito, la lucha por el control de las pesquerías era importante, por un lado, estaba los dueños de las factorías y barcos españoles, negociaban directamente con los dirigentes saharauis, ofreciéndoles acciones en las factorías y barcos que trasladaría desde Canarias al puerto de Villa Cisneros, al mismo tiempo España ofrecía un trato especial de colaboración, a un grupo de saharauis ajenos a la Yemá,a cambio de renunciar a la independencia. Cuando los armadores españoles se dieron cuenta, del resultado del 14 de noviembre de 1974, por el que se entregaba el Sahara a Marruecos y Mauritania, abandonaba a la Yemá, acercándose a negociar con Hassan II, ofreciendo las mismas pretensiones que en su momento negociaron con la Yemá saharaui, (Asamblea del poder político del Sahara).m
Comenzaba la cuarta fase del robo de las pesquerías canarias; Marruecos engañó a los armadores industriales españoles, les dejó que trasladaran sus factorías y barcos a su base en Agadir. Y cuando ya tenían factorías y barcos, fueron expulsados y expropiados, de eso sabía y mucho el fallecido Lamberti.
A principios de los años 60, llegaba a instalarse en Canarias la flota de barcos con base en la península, de la empresa Pescanova. Esta empresa era el poder franquista en el sector pesquero mundial, que al llegar tuvo el inconveniente de pescar cefalópodos sin derechos de exportación desde Canarias. De cuyos Derechos poseía Lloret y Llinares, empresa española radicada en Canarias desde 1939. El gobierno franquista presionó en 1964 a Lloret y Llinares para que cediera los derechos de exportación a favor de Pescanova, a cambio, la recompensó con la construcción de una Fábrica de elaboración de pesca en el puerto mauritano de Nouadhibou, (Cabo Blanco).
Pero llegó la transición española, con ella una nueva Constitución y el desarrollo de nuevas Leyes. En concreto para Canarias, la Ley de Pesca, cuyo texto fue elaborada por un canario en Madrid, dicho texto sería la causa final del robo de los barcos con base en Canarias, aunque aún figuren en el censo como flota canaria, la cruel realidad es que mientras tenemos el 90% del número de unidades, solo cubren un 10% del tonelaje de registro bruto, (TRB) . El 10% de unidades de barcos que ostenta base canaria, cubren el 90% del tonelaje del registro bruto. Ese 90% de TRB, se lo tragó la Ley de Pesca de la U.C.D. a favor de un mecánico naval gallego, que se instaló en Canarias, en 1968, con dos barcos de madera, propiedad de su padre.
En la siguiente entrega, intentaré por explicar el como, por, y para quien, se elaboró dicha Ley de Pesca. Quinta y última parte del robo definitivo del sector pesquero canario.
Fdo. Antonio Rodríguez de León
Presidente de la Plataforma por el Mar Canario
COMO NOS ROBARON LOS BARCOS PESQUEROS (II)
• Aquí seguirán
exprimiendo la economía pesquera de Canarias porque siguen teniendo en
su poder el 90% del tonelaje de registro bruto, concepto para recibir
las ayudas al sector canario. No le reprocho nada a Anacef ni a
Freiremar, otros lo hubiesen echo igual. El escándalo ha sido provocado
por políticos y empresarios canarios
Antonio Rodríguez de León, presidente plataforma por el Mar Canario |
Antes
de introducirme en la Ley de Pesca que Certificó el proceso del final
de la flota pesquera canaria de arrastre, debo de recordar los
antecedentes por el cual se tenía que legislar la reconversión de los
barcos canarios, que en su inmensa mayoría tenían en esos momentos más
de 20 años. A principios de los años 60, España reconvertía los barcos
de madera que conservaban la pesca con hielo, por otros de acero con
tecnología de congelación. Como siempre, Canarias iban a la cola con
respecto a los puertos peninsulares, sobre todo a los vascos y gallegos.
Los armadores españoles afincados en Canarias desde 1940, empezaban a
reconvertir sus barcos, también surgieron empresas autóctonas procedente
de la pesca artesanal, que agrupaban un grupo de barcos viejos, para
construir un barco congelador. Así surgieron varias cooperativas de
pescadores, me voy a referir a la que podía ser la que liderara una
nueva flota pesquera verdaderamente autóctonas, como fue la conejera con
una serie de grandes congeladores, que a pesar de ser los que mas
pescaban, lo llevaron a la quiebra en un tiempo récord, se les conocían
por los nombres del archipiélago chinijo. También se crearon
cooperativas que llevaban por nombre de municipios y de playas de la
Isla de Gran Canaria. Estas aguantaron algunos años más. Todos los
barcos congeladores autóctonos y de armadores españoles radicados en
Canarias, fueron tragados en su mayoría, por un pequeño armador que en
ese entonces era insignificante.
En 1964 llegaron a Canarias, grandes congeladores de Galicia,
(Pescanova) de Cádiz, (Diego Grimaldi) y de Huelva, (Álvarez Entrena), a
todo esto, también, dos pequeños barcos pertenecientes a la empresa
Manuel Freire, como empresa base Gallega. Durante los años de 1970 a
1975, sucedieron acontecimientos increíbles de entender en aquellos
tiempos. Empezaron por infiltrarse en la Agrupación de Pescadores
Canarios (AGRUPESCA), con peso específico de empresas españolas llegadas
antes de la II Guerra mundial, como Montenegro, Ojeda, Rocar, Santo
Domingo y otras de menor importancia como Agasa o Industrias del Mar. Se
hicieron dueño dela Asociación Canaria de Pescadores, hasta confluirla
dentro de Anacef.
El control de la exportación de cefalópodos al Japón estaba en poder de
Pescanova, con 80 barcos al fresco (hielo), que había alquilado a
armadores del norte de España, para transbordar la pesca a barcos
nodrizas en la Sarga, (entrada a Villa Cisneros). Hay que decir que la
licencia de exportación al Japón era de titularidad de Lloret y
Llinares, pero Pescanova era el poder del entonces gobierno. A cambio,
en 1964, le construyeron a Lloret y Llinares, una fábrica de elaboración
de pesca artesanal en Mauritania, que los canarios afincados en Port
Ettienne (Mauritania), venían desarrollando en las pontonas fondeadas
frente al barrio “la charca”, junto al puerto. Era una empresa mixta
hispana-mauritana “IMAPEC”. Fue el inicio del éxodo de los canarios, que
se vieron obligados a vender la pesca a dicha empresa, a precios
irrisorios.
En la charca vivían desde 1890, mas de mil familias canarias, en su
mayoría de Lanzarote y la Graciosa. Desde la charca abastecía a los
pescadores, y en su descanso en dicho barrio canario, además de su casa,
con mujer e hijos, existía toda clase de comercios, bares, tiendas de
comestibles, de ropa y zapatos, costureras, zapateros, barberos y toda
clase de servicios a la comunidad canaria. A principios de 1974, altos
políticos canarios, dentro del régimen franquista, tenía conocimiento,
por donde iban las negociaciones de la descolonización del Sahara.
Sabían de primera mano, que se entregaría a saharauis pro-españolísta,
pero nunca lo entregarían al grupo independentista del Frente Polisario.
En cuestión de dos a tres meses antes de la firma del acuerdo tripartito
del 14 de noviembre de 1975, los armadores de toda España, tenían
conocimiento de que los barcos con base en Canarias, iban a pescar sin
canon durante 20 años. Se puede comprobar en el registro de
matriculaciones del puerto de Las Palmas, que entre septiembre de 1975 y
marzo de 1976, se matricularon en Las Palmas, alrededor de 200 barcos
congeladores, de todas las partes de España, incluso 2 barcos
procedentes de Barcelona. Esa fue la causa para que Marruecos eliminara
la cláusula de los 20 años. Todos esos barcos adquirieron la base
canaria. Tanto Marruecos como Mauritania, exigieron a España la lista de
barcos solicitantes de licencias al norte o al sur del paralelo 24. Al
norte solo pidieron licencias los barcos sardinales de Lanzarote y al
sur toda la flota congeladora asociada a ANACEF. Eso duró hasta que
Mauritania se retiró, y en España en vez de administrar dicha zona, dejó
que Marruecos la ocupara con otra ilegalidad como ocupó la zona norte.
Se agravaron los problemas pesqueros de antaño con Marruecos, al mismo
tiempo que se elaboraba la Ley de Pesca para Canarias. Esos problemas
conllevaban a que los armadores querían compensaciones económicas para
el desguace de sus barcos. Como quiera que nadie sabía el contenido de
la Ley de Pesca para Canarias, (excepto un previligiado). El ponente de
dicha Ley, era canario, con un alto cargo en el gobierno de UCD.
Años más tarde, allá por 1976-77, en plena crisis pesquera, causada por
la inseguridad en los caladeros, alguien echó un globo en que decía que
en la Guinea Ecuatorial, había un rico caladero de gambas. Allí fue la
empresa Diego Grimaldi, y allí se inició la desaparición de su empresa,
quedando detenido por mucho tiempo sin poder salir de dicho territorio.
La Ley 71/78, de Pesca para Canarias, terminó por desalojar a los 80
barcos alquilados de Pesca nova, y a pesar de haber creado la división
de empresa, con una nueva Pesca nova División Canaria, con sede en la
calle Pedro del Castillo W. La Pesca nova gallega tenía sede en Galicia,
con oficinas en el edificio Puerto. Esa estrategia se la cargó el
Ponente de la Ley de Pesca, pues había previsto, que para acogerse a
dicha Ley, primero tenía que ser empresa con sede en Canarias y que los
barcos estuviesen inscritos en puertos canarios. Y los beneficios
económicos, se valoraban por toneladas de registro bruto (TRB), de cada
barco.
La maniobra para quedarse con la propiedad de la mayoría de barcos, como
consecuencia de la inseguridad en el caladero canario-sahariano, surgió
en primer lugar, cambiar la base y el nombre de la empresa del lugar de
origen a Canarias. Así procedió la empresa gallega Manuel Freire, que
el 24 de abril de 1974, registró en Las Palmas la empresa Freiremar
S.A., con un capital de 4 millones de pesetas.
Conseguido el primer argumento de ley, pasó el puerto base de sus dos
barcos al puerto de Las Palmas. El segundo argumento que solo el como
armador conocía, firmó contratos de opción de compra, a precios para no
despreciar, a los desesperados armadores canarios y españoles. Con estas
ofertas de opción de compra, se quedó con el 90% del TRB canario.
Está claro que con 4 millones no podría comprar la cantidad de barcos
que firmaba en opción de compra. Para eso estaban sus amigos canarios de
la alta política canaria, para que los bancos avalaran los contratos
firmados.
Entra en vigor la Ley 71/78 de Pesca para Canarias, y entrega los TRB
para la reconversión de la flota pesquera canaria, junto con proyectos
para la comercialización y política de créditos especiales y su
participación en el proceso negociador con la entonces C.E.E. para la
integración del sector pesquero canario, así como con Marruecos y
Mauritania. Todo estaba atado muy bien atado.Ya en marcha con todo el
poder de una empresa canaria, pone en marcha una ambición más amplia,
adentrarse con personal técnico de confianza propia en el gobierno
canario. Así fue como desde Anacef ofertaron a sus amigos políticos
canarios, la creación de una empresa pública que trabajaran en puertos
de la África continental, al objeto de favorecer los servicios a los
barcos asociados a Anacef. Para mayor seguridad, el primer presidente de
Proexca, salió del empleo de secretario de Fontán.
Hoy dicho personaje, tiene el apoyo del gobierno de Canarias para ser
interlocutor de los intereses de Canarias en África. Así nos luce el
pelo.
En la década 1990-2000, Anacef nos la metía doblada a los canarios,
apoyados por la Cámara de Comercio, la Confederación de Empresarios y la
Federación de Consignatarios.
Primero, decían que se llevarían los barcos a puertos gallegos (1992),
como consecuencia de la carestía por descargas, mientras ocultaban sus
intenciones, que era conseguir para las empresas de cefalópodos la
actividad exportadora desde puertos canarios, y con ello, al pago de
menos impuestos, aplicándosele una rebaja 50%, que en esos momentos se
estaba tramitando en Madrid, la reforma de la Ley del REF económico.
¿Casualidad?
Segundo, cuando Marruecos paralizó el acuerdo pesquero en marzo de 1994,
para hacerlo coincidir con el Tratado de Asociación donde entraban los
tomates, Anacef mostró silencio absoluto, no decía ni pío. Estaban
negociando entre bambalinas con Marruecos y Bruselas. Cuando se acercaba
la fecha de negociar los tomates, noviembre del mismo año, empezaron a
salir públicamente para declarar falsamente que no aceptarían la firma
del acuerdo pesquero (1995-1999), si Marruecos obligaba a sus barcos a
descargar en Marruecos.
Anacef sabía perfectamente que era el último acuerdo pesquero para
barcos con bandera española, el siguiente sería con empresas mixtas en
barcos con bandera marroquí. La experiencia anteriores de empresas
mixtas que Anacef había establecido con Marruecos habían sido un
fracaso, y es que la Constitución aluita, no permite que empresas
extranjeras puedan poseer mas del 49% del capital. La mala experiencia
de los años 80, fue que Anacef se buscaba un socio testaferro marroquí,
para que cubriera el 51%, pensando que el negocio era suyo al 100%. La
mala experiencia fue que el socio testaferro, se quedó con el barco,
dejando deudas astronómicas en empresas portuarias en Las Palmas. La
verdadera razón de Anacef era que la Unión Europea obligara a Marruecos
para que Anacef accediera a las empresas mixtas sin la obligación de un
socio marroquí, también que les permitiera las transferencias
bancarias, sin las largas demoras exigidas por las entidades bancarias
de Marruecos y que la estadía de las descargas en puertos marroquíes no
fuera más de 12 horas, o que les permitiera realizar los transbordo en
alta mar, bajo la inspección de un funcionario marroquí. A la UE les
decía, si ustedes consiguen doblegar a Marruecos para que reforme la
Constitución. Anacef aceptaría el Acuerdo de Asociación sobre el tomate,
y no se opondría a la firma del Acuerdo de Pesca. ¿Ó, fue coincidencia?
A Marruecos les decía, presionen a la UE al máximo, que nosotros les
garantizamos la firma del Acuerdo de Asociación. Estaba cantado, Anacef
negociaba a dos bandas, siempre ha sido así, y seguirá, mientras tenga
controlada la empresa pública Proexca, bajo el control del director del
gobierno canario para África.
Manuel Freire Veiga, fue premiado en 1990, como mejor empresario
canario, presumía de haber sido el descubridor de la exportación de
cefalópodos al Japón, y no es así. Cuando llegó a Canarias en 1966, ya
desde Canarias se exportaba al Japón, primero con licencia de Lloret y
Llinares, luego con licencia de Pescanova. Se acabó en 1999 el último
acuerdo de pesca, del que Anacef era consciente, y en menos de un año
desaparecieron los barcos de la flota congeladora canaria del Puerto de
Las Palmas. Siguen siendo los dueños de los cefalópodos del Sahara.
Aquí seguirán exprimiendo la economía pesquera de Canarias porque siguen
teniendo en su poder el 90% del tonelaje de registro bruto, concepto
para recibir las ayudas al sector canario.
No le reprocho nada a Anacef ni a Freiremar, otros lo hubiesen echo
igual. El escándalo ha sido provocado por políticos y empresarios
canarios.